Valle de Zongo

Valle de Zongo
Vista de la parte baja de Zongo

domingo, 8 de noviembre de 2009

Breve história y arqueología del Valle de Zongo

Corrían los primeros meses del año de 1624, los pobladores de La Paz sentían mucho miedo por el rumor de una inminente invasión de la ciudad por parte de los indígenas de Songo y Challana sublevados desde diciembre del año anterior. Se pensaba que la invasión se llevaría a cabo en el día de Corpus Christi y hasta los curas se armaron para enfrentar el anunciado ataque.
Si bien la tan esperada invasión de los songueños no llegó a concretizarse, aunque dos siglos y medio más tarde en 1781 La Paz sí fue sitiada por Tupac Katari, ese episodio quedó registrado en los anales de nuestra historia, y actualmente el valle de Zongo (grafía moderna) comienza a despertar el interés de los especialistas, por su riqueza histórico-cultural antes y después de la invasión europea.
La región del valle de Zongo cuenta con varios estudios importantes basados principalmente en las crónicas de dos Visitas casa por casa realizadas por los españoles entre los años de 1568 y 1570, transcritas y publicadas en un libro por el investigador norteamericano John Murra en 1991.
El valle ya era importante económicamente en el incario y seguramente hasta mucho tiempo antes, debido a la producción y comercialización de la hoja de coca. Según los moradores de Songo entrevistados en 1568, fueron los incas quienes pusieron los límites entre sus pueblos, estableciendo un cacique en cada uno de ellos para juntar el tributo de la coca que era recogido una vez al año por el inca. El cacique principal que vivía en el pueblo de Songo era el encargado de juntar el tributo y llevarlo al lugar indicado.
Con la llegada de los españoles y su constatación de la importancia económica de la coca en la población nativa, pasaron rápidamente a controlar y comercializar la producción cocalera, a través del sistema de encomiendas, para abastecer principalmente a los trabajadores de las minas. Tan importante era que continuasen exclusivamente a la producción de ese “oro verde”, que el Virrey Toledo excluyó a los productores cocaleros de las mitas, o sea, de los trabajos forzados en las minas u otras actividades para los españoles.
La gran rebelión de Songo a finales de 1623 y durante 1624, fue debido al creciente abuso de los españoles y hasta mestizos hacia los pobladores de la zona que se fue arrastrando desde casi un siglo. Antes de 1549, el primer encomendero, Grabiel Rojas, cobraba a parte de la coca, tributos en oro y plata. Para ello tenía un capataz de nombre Auqui Gualpa, quien hacia pesar el oro con una medida de cobre y del tamaño que no se podía apretar con ambas manos. Auqui Gualpa fue muerto por los indígenas del lugar, hecho que costó la vida de dos caciques por ahorcamiento en La Paz como castigo.
Durante la encomienda de García Alvarado a partir de 1549, los caciques de los valles de Songo, Challana y Chacapa reclamaron a la Audiencia de Charcas la excesiva tasa que tenían que pagar al encomendero, motivo por el cual se realizaron las visitas administrativas de 1568 y 1570, finalizando con una retasa en los impuestos. Pero con la llegada del Virrey Toledo, los nativos en general fueron prohibidos de realizar nuevos reclamos ante las autoridades españolas y las visitas casa por casa se terminaron. De ese momento en adelante, los valles de Songo, Challana y Chacapa fueron invadidos por los españoles rescatadores de coca, quienes también traían productos como charque, vinos y chuño a precios de trueque muy excesivos, lo que hicieron endeudar y empobrecer vertiginosamente a los pobladores.
Otro episodio importante sucedido en el lugar fue la captura en el pueblo de Songo de Don Pedro Domingo Murillo en diciembre de 1809 después de que sus fuerzas revolucionarias habían sido derrotadas en Irupana y Chicaloma.
Finalmente, en esta breve reseña historia, se indica que la región fue ampliamente explotada por el sistema de las haciendas hasta la reforma agraria en 1952. En Isicani aún existe una casa antigua de dos pisos que en tiempos pasados fue la sede de la hacienda.
De las 7 poblaciones precolombinas del valle de Zongo visitadas en 1568, dos de ellas, Cañaviri y Huaji continúan habitadas total o parcial, los restos de Onopaya y Cahua se encuentran en Tambo Pata y Cahua Chico respectivamente. Nacara y Macachaya aún no fueron ubicadas.  Los restos del pueblo antiguo de Songo, abandonado hace más de 350 años, según la leyenda, por volverse “embrujado”, se visitó recientemente con identificación de conjuntos arqueológicos importantes. Otras dos poblaciones: China y Pisuy ya se encontraban abandonadas en 1568 a causa de los ataques de los chuncho (indígenas de tierras bajas) 

Poblaciones en la época incaica
(elaborado por W. Esquerdo)

La población antigua de Songo se encuentra entre las Lomas Encanto e Islani Alto y en reciente visita realizada en la Loma Islani Alto se detectaron varios muros de contención que formaban plataformas.



Lamentablemente el lugar fue objeto de saqueos indiscriminados y en uno de los sitios huaqueados por los saqueadores, se observó que los entierros eran depositados en tumbas excavadas en el suelo, cuyas paredes de piedras lajas formaban cajas de piedras. El material de cerámica fragmentado identificado hasta el momento corresponde a cerámica inca.



Nuevas visitas de carácter científico deberán ser realizadas, pues todavía falta encontrar los restos de las viviendas y de la iglesia colonial bautizada por los españoles como Iglesia de San Antonio Abad de Songo. Los resultados de estas primeras investigaciones formarán parte de un proyecto de estudio y conservación del pueblo antiguo de Songo conocido por “El Encanto” en coordinación con los pobladores locales y las autoridades municipales con vistas al desarrollo sostenible del Turismo en la región.
Con el avance de las investigaciones en el lugar, los pobladores comenzaran a entender y valorar los recursos culturales que posee y que por desconocimiento no se daba importancia resultando anteriormente en la afectación de restos arqueológicos. Un ejemplo de eso ocurrió el año 2005 en la población de Huaji, donde el interés de los pobladores por desarrollar el turismo, resultó en la donación de un área en el pueblo antiguo de Huaji para la construcción de un refugio turístico a través de la Subalcaldia de Zongo y la Dirección de Promoción Turística de la Alcaldía de La Paz. Resulta que, por desconocimiento, los pobladores estaban por demoler una construcción de piedra del tiempo del los incas para dar paso al abrigo turístico. En la época yo desempeñaba el cargo de la Protección del Patrimonio Arqueológico de Zongo y les pedi que la construcción del refugio turístico se realice en un nuevo sitio, resultando en la conservación de esos importantes restos arqueológicos.


Aún queda mucho trabajo por adelante para identificar y proteger los recursos culturales de la zona, con el objetivo de consolidar los estudios en la región y al mismo tiempo concientizar y capacitar a los pobladores locales en la conservación de su patrimonio cultural y asesorar a las autoridades en las futuras obras de desarrollo en la región.

por: Wanderson Esquerdo B. (Derechos Reservados, prohibida la reproducción sin autorización del autor)

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